El acero inoxidable está por todas partes en nuestras cocinas. Si no tienes una mesa de acero inoxidable ni teteras marroquíes , probablemente tengas ollas, sartenes u otros utensilios de acero inoxidable. ¿Te has preguntado alguna vez cómo el acero inoxidable se volvió tan universal en la cocina?
El acero es un material asombroso. Es una aleación de hierro muy resistente. No se rompe, dobla ni agrieta fácilmente (incluso se raya) y conserva su brillo incluso después de años de uso.
¿Por qué el acero inoxidable no se oxida?
El acero inoxidable es una aleación metálica que contiene aproximadamente un 10,5 % de cromo. Al exponerse al aire, el cromo del metal forma una capa de óxido de cromo en la superficie. Esta película es pasiva y no tóxica, y lo más importante, previene la oxidación del acero al protegerlo del aire y la humedad. Incluso si el metal se raya, el óxido de cromo se regenera perfectamente.
Esto resalta las excelentes propiedades del acero inoxidable. Además, el acero no es reactivo, a diferencia del aluminio y el hierro, por lo que podemos usarlo con seguridad para preparar y cocinar alimentos acidificados.
Utilizamos acero inoxidable en nuestra cocina por su durabilidad y versatilidad.
